domingo, 4 de octubre de 2009

El expansionismo y la perdida de territorio



La independencia de Texas marcó el inicio de los conflictos entre México y Estados Unidos, y dieron paso a una intervención armada que concluyó con la pérdida de una buena parte del territorio y la firma de los Tratados de Guadalupe-Hidalgo.
Las causas principales de la guerra fueron: la anexión de la República de Texas llevada a cabo el 29 de diciembre de 1845 por Estados Unidos, que la convirtió en su 28º estado; las reclamaciones de aquellos ciudadanos estadounidenses contra el gobierno mexicano, que habían sido heridos y sus propiedades arrasadas durante los frecuentes enfrentamientos civiles entre liberales y conservadores mexicanos en esta época; y, por último, el deseo de Estados Unidos de adquirir California y Nuevo México (entonces provincias mexicanas), donde se había creado un grupo autonomista que se oponía a la centralización impuesta por los conservadores mexicanos a través de las denominadas Siete Leyes, de 1836, y de la consiguiente instauración de la República de carácter centralista en México. Dado que, al contrario que en Texas, no eran muchos los colonos estadounidenses que habitaban esos territorios, existía el temor en Estados Unidos a que cayeran bajo control británico o francés.

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